Las estadísticas muestran que una de cada seis personas en el mundo sufrirá un ictus. Cuando se produce, es necesaria una atención inmediata para minimizar las secuelas. Las consecuencias de un ictus pueden ser más o menos importantes, llegando incluso a provocar la muerte. ¿Cuál es la esperanza de vida tras un ictus? De momento sabemos que cada segundo cuenta.
El ictus es una enfermedad cerebrovascular que se produce cuando disminuye o se obstruye el flujo sanguíneo, impidiendo que la sangre llegue al cerebro en la cantidad necesaria. Esta interrupción hará que las células dejen de funcionar, al no recibir oxigeno.
¿Cuál es la esperanza de vida tras un ictus?
Hablar de la esperanza de vida tras un ictus no es sencillo, ya que intervienen diferentes factores.
Actuar de manera rápida tras los primeros síntomas será fundamental para minimizar las secuelas, y que su incidencia sea menor. Además el hecho de empezar pronto con la rehabilitación también será beneficioso.
La variable de la edad es una de las primeras a tener en cuenta si hablamos de esperanza de vida tras un ictus. Aunque cada vez la edad se reduce, el 75% de los casos afecta a personas mayores de 65 años. De estos, el 41,5% quedará con secuelas moderadas o graves y, durante el primer año, el 16% fallecerán. El grupo de población entre 75 y 84 años, tiene mayores probabilidades de sufrir un ictus. En este rango, en hombre la tendencia se estabiliza mientras que en mujeres aumenta.
La edad y la gravedad del ictus son los principales predictores de mortalidad después del ictus. En este punto es necesario diferenciar entre la edad cronológica y la edad biológica. La edad biológica viene marcada por diferentes factores como los hábitos de vida o el lugar de residencia. Esta es superior a la edad cronológica, marcada por la fecha de nacimiento. El riesgo de fallecer tras un ictus se multiplica si nuestra edad biológica es superior a nuestra edad cronológica. Además, la gravedad de las secuelas será mayor.
Por lo tanto, existen diferentes factores externos que afectarán a la esperanza de vida tras un ictus.
Otros factores a tener en cuenta
La hipertensión arterial es un factor de riesgo para sufrir un primer episodio de ictus, pero también para que se repita. También lo es la fibrilación auricular.
Además, tras un primer ictus, el hecho de padecer otra enfermedad crónica, puede ser determinante. Así, según un estudio de la Universidad de Cambridge, el riesgo de muerte tras un ictus aumenta si el paciente tiene antecedentes de diabetes, accidente cerebrovascular o ataque al corazón. Además, la esperanza de vida tras un ictus decrece con cada patología adicional que presenten los pacientes.
Rehabilitación tras un ictus
Existen diferentes estudios que muestran que la rehabilitación temprana tras un ictus es muy importante. Estos estudios muestran que durante el primer momento, se produce una rápida recuperación. Después, la recuperación será mas lenta pero sostenida que puede alargarse durante meses. Por esto, es muy importante disponer de un programa de rehabilitación adecuado.
En Neural ofrecemos un servicio de rehabilitación personalizado donde atendemos de manera integral a las necesidades del paciente.
Es importante tener presente que muchos de los casos de ictus se podrían evitar. Algunos expertos afirman que controlar los factores de riesgo reduciría su incidencia en un 80%.
En definitiva, la prevención es absolutamente necesaria tanto para evitar los primeros casos de ictus como para que estos se repitan.
Por lo tanto, la esperanza de vida tras un ictus depende de diversos factores. La edad de cada paciente y la gravedad del mismo son fundamentales. Otros factores como las enfermedades crónicas, también influirán. Pero hay algo que sí depende de nosotros/as. Llevar un programa de rehabilitación acorde con las necesidades de cada paciente y controlar los factores de riesgo modificables, serán también fundamentales.
En Neural sabemos que un porcentaje alto de pacientes puede mejorar, e incluso llegar a normalizar su vida. Para ello es necesario seguir unas pautas y un tratamiento efectivo.
Y en ello trabajamos.
La recuperación de un ictus es posible.