La anoxia cerebral es una afección grave que ocurre cuando el cerebro no recibe el oxígeno necesario para su funcionamiento. Esto puede causar daños irreversibles en las neuronas e incluso la muerte. Comprender las causas, las consecuencias y el tratamiento de esta condición es esencial para abordar sus secuelas y maximizar la posibilidad de recuperación.
A continuación, repasamos las consecuencias más habituales y las posibles soluciones para cortar el avance de las secuelas correspondientes.
¿Qué es la anoxia cerebral?
La anoxia cerebral se caracteriza por la ausencia total de oxígeno en los tejidos cerebrales. Este estado resulta devastador, ya que el cerebro es un órgano extremadamente sensible a la falta de oxígeno. Cuando se interrumpe el flujo de oxígeno durante tan solo cuatro minutos, las neuronas comienzan a morir de manera irreversible. Esto afecta gravemente las funciones cognitivas, motoras y emocionales de la persona.
Incluso interrupciones breves en el suministro de oxígeno, como es la hipoxia cerebral, pueden tener consecuencias drásticas. La duración y la gravedad de la falta de oxígeno determinan el nivel de secuelas permanentes que puede experimentar un individuo. Cuanto más prolongada sea la privación, mayor será el riesgo de daños.
¿Qué puede provocar la anoxia?
Este episodio lo puede experimentar cualquier persona que sufra un infarto. Igualmente, otras circunstancias como un atragantamiento, una crisis provocada por una enfermedad respiratoria o un ahogamiento son las causas más habituales.
Al existir distintos tipos de anoxia, como podremos comprobar en los siguientes apartados, dependiendo del que suframos, así serán las consecuencias.
Isquémica
Denominamos así a la que está provocada por un ictus, una arritmia, un infarto, un estado extremo de ansiedad o una hemorragia severa.
Anóxica
Está producida por alteraciones en la cantidad de oxígeno que inhala la persona afectada. Se produce en casos de ahogamiento, mal de altura, asma, shock anafiláctico, problemas durante la administración de anestesia y dolencias que provoquen la parálisis de la musculatura o del sistema nervioso como la epilepsia, entre otras.
Anémica
La anemia extrema conlleva una falta de oxigenación correcta de la sangre, que termina por afectar al funcionamiento del cerebro.
Tóxica
La provocan el monóxido de carbono, las drogas, una ingesta masiva de alcohol o la aspiración de productos químicos diversos.
Consecuencias de la anoxia
Tras cuatro minutos sin oxígeno, el cerebro sufre un daño cerebral ya que muchas neuronas se ven afectadas. Dependiendo del área de la afectación, así serán las secuelas:
– Si se daña el hipocampo, se podría producir la pérdida total de la facultad para almacenar nueva información.
– Si resultan afectados los ganglios basales y el cerebelo se experimentarían problemas de movilidad.
– Si la anoxia afecta a la corteza cerebral, se produce una grave alteración del funcionamiento cognitivo.
A pesar de la gravedad de los síntomas, necesitamos apostar por el optimismo, ya que existen tratamientos de enorme efectividad que palian los mismos.
Tipos de tratamientos
Todos tienen como único objetivo la rehabilitación neurológica:
– Rehabilitación en fase de ingreso. Se recomienda cuando el paciente se encuentra estable, pero su grado de dependencia impide que vuelva a casa sin antes haber adaptado el domicilio. También cuando todavía es pronto para que el paciente se traslade a diario al centro de neurorrehabilitación, por la fatiga que esto pudiera ocasionar.
– Rehabilitación ambulatoria. Ya desde su domicilio, el paciente acude diariamente o durante unos días a la semana determinados a rehabilitación, con un patrón de tratamiento definido por el equipo médico y con el nivel de intensidad ajustado a las necesidades del momento.
Este tipo de tratamientos de recuperación los llevan a cabo neuropsicólogos, logopedas, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, con la supervisión médica del médico rehabilitador, siendo todos ellos expertos en rehabilitacinón neurológica.
La duración de estas terapias va de los 6 a los 12 meses. Lo fundamental es recuperar la función cerebral lesionada, así como ayudar al paciente a superar los posibles problemas relacionados que pudiera experimentar.
Como hemos comentado, resulta imprescindible realizar una valoración inicial por parte del equipo tras el episodio que ayude a determinar, de forma exacta, el alcance de la anoxia.
Tras la correspondiente comprobación de la movilidad muscular y de la capacidad cognitiva del paciente, se debe diseñar el plan más eficaz para conseguir que el paciente se recupere progresivamente.
En las Clínicas Neural Intensive nos encargamos de diagnosticar cómo afecta la falta de oxígeno al cerebro con nuestro método y de amoldar los diversos tratamientos que realizamos a las necesidades de cada persona afectada por una anoxia.
Gracias al trabajo de nuestros profesionales, es más fácil conseguir el objetivo de devolverle, en la medida posible, la calidad de vida perdida por culpa de esta dolencia.
Contactando con nosotros responderemos a cualquier duda y comenzaremos un proceso de recuperación necesario para frenar el deterioro progresivo del cerebro.