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Recuperación del Daño Cerebral: Todo lo que debes saber sobre nutrición y ejercicio de alta intensidad durante la Rehabilitación

Ejercicio de Alta Intensidad durante la rehabilitación del daño cerebral

Los pacientes que han sufrido daño cerebral pueden experimentar mejoras significativas en su proceso de recuperación neurológica al adoptar hábitos saludables durante su recuperación neurológica. Tanto la dieta como el ejercicio físico de alta intensidad pueden contribuir a crear nuevas redes neuronales que favorezcan la recuperación de la motricidad, aunque sea parcial, incrementando así la calidad de vida. Pero será preciso optimizar el aporte de nutrientes y dosificar adecuadamente los entrenos para lograr un buen avance a medio plazo.

Es crucial resaltar que la optimización de la ingesta de nutrientes es esencial para alimentar adecuadamente el proceso de recuperación. De igual manera, la planificación y dosificación precisa de los entrenamientos juegan un papel clave en la obtención de resultados positivos a medio plazo. La paciencia y la constancia son factores esenciales en este proceso, ya que las transformaciones no se manifiestan de manera instantánea.

Asimismo, un correcto patrón de descanso nocturno y una exposición regular a la luz solar será determinante de cara a maximizar las nuevas adaptaciones neurológicas. Estos aspectos reducen el riesgo de recaída y logran avances durante el proceso de recuperación. Pero en estos casos la paciencia es siempre un factor clave. Los cambios no se experimentan de un día para otro, sino que son progresivos y dependen bastante de la gravedad de la lesión.

Nutrición en el Paciente con Daño Cerebral

A la hora de plantear la dieta para el paciente con daño cerebral existen una serie de nutrientes cuyo aporte se debe de asegurar e incluso de incrementar. Esto permitirá una buena función fisiológica y que las estructuras y tejidos se recuperen poco a poco, logrando un mejor pronóstico. De entre estos elementos podríamos destacar las proteínas, los ácidos grasos omega 3, la vitamina D e incluso ciertos minerales como el magnesio.

Las Proteínas

Comencemos por las proteínas. Son estructuras complejas que se clasifican según su tasa de absorción y la disponibilidad de aminoácidos en su interior. Forman parte de la mayor parte de los tejidos del organismo y cuentan también con funciones reguladoras importantes. En líneas generales, es más peligroso sufrir un déficit que consumirlas en exceso. 

Cuando hay que maximizar la recuperación, ya sea deportiva o relacionada con alguna lesión de otras características, el requerimiento proteico suele verse aumentado. No es de extrañar que en estos casos nos encontremos con unas necesidades de al menos 1,5-1,6 gramos por kilo de peso al día, llegando a dosis más altas cuando se introduce la variable ejercicio en la ecuación. Esto ayudará a la creación de nuevas estructuras y a aportar suficientes aminoácidos para mantener el equilibrio hormonal y favorecer la eficiencia fisiológica.

Loas Ácidos Grasos Omega 3

Además, habrá que poner el foco en las grasas. Normalmente, los ácidos grasos omega 3 son los más importantes, ya que consiguen modular los mecanismos inflamatorios que suelen hacer más lento el proceso de recuperación. No debemos olvidar que son nutrientes fundamentales en el desarrollo y en la homeostasis cerebral, la tendencia a resistir cambios, por lo que conviene cubrir los requerimientos diarios e incluso llegar a suplementar en personas que han sufrido daño relacionado con el sistema nervioso central. Además, para asegurar su presencia en la dieta, nada como incrementar el consumo de pescados azules.

La vitamina D y el Magnesio

En cuanto a los micronutrientes, la vitamina D y el magnesio son los más importantes. Están bastante relacionados entre sí, ya que la activación de la vitamina depende del estatus del mineral. Cuando se experimenta un déficit de alguno de estos elementos, la fuerza muscular e incluso las conexiones nerviosas pueden verse negativamente afectadas, por lo que recurrir a la suplementación puede suponer una ventaja en muchos casos.

La creatina en la recuperación de los pacientes con daño cerebral

Lo que se está descubriendo en los últimos años es que la creatina podría tener también un impacto muy favorable en la función cognitiva y cerebral. Esto es aplicable a los pacientes que sufren una lesión y que precisan de poner en marcha mecanismos de recuperación. Y es que en el cerebro existe concentración de esta sustancia, sobre todo en el córtex prefrontal. Cuando los niveles se ven reducidos, ciertas estructuras como el hipocampo tienden a perder volumen, algo que se debe evitar.

Por este motivo, se propone que la suplementación con creatina podría tener ventajas de cara a mejorar la eficiencia del sistema nervioso central. A ello le sumamos la mejora que produce en el rendimiento deportivo, en este caso necesario para mejorar así la coordinación intramuscular en respuesta a los ejercicios de fuerza que se plantean. Es uno de los suplementos más estudiados, con un elevado perfil de seguridad.

El ejercicio de alta intensidad, la piedra angular

Por último, tenemos que hablar de los beneficios del ejercicio de alta intensidad en la recuperación del paciente con daño cerebral. La actividad física es un elemento fundamental para la salud en todas sus formas y variaciones. Pero en los pacientes neurológicos todavía cuenta con una importancia mayor, ya que permite crear nuevas redes neuronales y mejorar la funcionalidad, facilitando que muchos pacientes lleguen a valerse de nuevo por sí mismos.

Finalmente, es importante abordar los valiosos beneficios que el ejercicio de alta intensidad puede aportar en el proceso de recuperación de las personas que han experimentado una lesión neurológica. La actividad física se presenta como un componente esencial para la salud. No obstante, en el caso de los pacientes neurológicos, su relevancia se amplifica aún más, ya que desempeña un papel fundamental en la creación de nuevas conexiones neuronales y en la mejora de la funcionalidad. Esto, a su vez, puede facilitar que muchas personas recuperen su independencia y capacidad de autocuidado.

Por supuesto, hablamos de alta intensidad referida a las capacidades individuales. Hay que proporcionar estímulos demandantes y suficientes para generar adaptaciones en los tejidos, pero también dejando un tiempo de recuperación óptimo. Será fundamental ajustar el volumen de ejercicio, evitando así un exceso de fatiga que pueda comprometer los avances y la adherencia al tratamiento. Es vital abordar esta recomendación a cada persona considerando sus necesidades únicas. La diversidad de caminos hacia la recuperación es una realidad que merece ser apoyada con empatía y sensibilidad.

No obstante, resulta igualmente importante considerar la incorporación de actividades físicas que respalden la salud cardiovascular y la funcionalidad en general. Esto puede lograrse a través de un enfoque integral que integre no solo el trabajo de fuerza, sino también una variedad de ejercicios que se adapten a las necesidades individuales. Además, para garantizar una recuperación armoniosa y efectiva, es recomendable incorporar ejercicios específicos que estén directamente relacionados con las tareas y actividades cotidianas.

Dieta y ejercicio para rehabilitar al paciente con daño cerebral

Como has visto, mejorar los hábitos será fundamental para lograr la correcta recuperación del paciente con daño cerebral. O al menos para evitar que el daño progrese en muchos casos. Siempre hay que asegurarse de que ambos campos están optimizados y supervisados por un profesional cualificado, logrando buenos ajustes y permitiendo avances en la autonomía y en la funcionalidad.

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