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Un Ictus se ha cruzado en mi camino. Síntomas, tratamiento y rehabilitación

Trabajando la marcha con Lokomat Pro Free D

Ictus, esas cinco letras que componen una palabra capaz de trastocar el rumbo de la vida de miles de personas anualmente. De repente, de ser una completa desconocida, se convierte en un término cuyos síntomas, tratamientos y procesos de rehabilitación son conocidos. Esta palabra irrumpe en nuestras vidas sin previo aviso y perdura para siempre, transformándolas de manera irremediable y guiándonos por un camino lleno de aprendizaje necesario después de haber sufrido un ictus.

La Magnitud del Ictus en España y en el Mundo

El ictus, también conocido como infarto cerebral, impacta a más de 120,000 personas al año en España, posicionándose como la principal causa de muerte en mujeres. Además, representa una de las patologías con mayores consecuencias discapacitantes, tanto a nivel nacional como internacional. Aunque la medicina ha experimentado avances significativos en los últimos años, salvando más vidas, persiste una asignatura pendiente en el tratamiento de rehabilitación posterior.

Tipos de Ictus y sus Causas

Es crucial entender que hay dos tipos de ictus, distinguidos por las causas que los provocan. En primer lugar, el ictus isquémico surge debido a una obstrucción en una arteria cerebral, bloqueando el flujo sanguíneo hacia el cerebro, esta obstrucción puede ser causada por la formación de un coágulo. Por otro lado, el ictus hemorrágico ocurre cuando se produce la rotura de un vaso sanguíneo en el cerebro. La comprensión de estas diferencias es esencial para una identificación temprana y un tratamiento adecuado.

Ictus Isquémico y sus síntomas

En el caso del ictus isquémico, el coágulo puede formarse en la arteria cerebral o en otras partes del cuerpo y migrar hacia la misma. Esta variante de ictus constituye la forma más común del ictus, representando aproximadamente el 85% de los casos.

Si experimentas algunos de estos síntomas, podría indicar que estás sufriendo un ictus isquémico: debilidad o parálisis en un lado del cuerpo, dificultades en el habla, visión borrosa y problemas para coordinar movimientos.

Ictus Hemorrágico y sus síntomas

En el ictus hemorrágico, la rotura del vaso sanguíneo puede ocurrir tanto en la arteria cerebral, provocando una hemorragia cerebral, como por la ruptura de un aneurisma cerebral. Aunque este tipo de ictus es menos frecuente, representando solo el 15% de los casos, posee un mayor riesgo y sus secuelas pueden ser más graves.

Entre los síntomas más comunes, podemos encontrar: dolor de cabeza intenso, pérdida de conciencia, vómitos y signos neurológicos focalizados que dependerán del lugar de la hemorragia.  

Factores de Riesgo

Existen diversos factores de riesgo que incrementan la probabilidad de experimentar un ictus, entre los cuales se destacan la alimentación, el estilo de vida, la hipertensión arterial y la diabetes, entre otros elementos que influyen en la salud vascular y cerebral. Sin embargo, la esperanzadora noticia es que hasta un 80% de los casos de ictus son prevenibles mediante el control consciente de estos factores de riesgo y la adopción de un estilo de vida saludable.

Una alimentación equilibrada, rica en nutrientes y baja en grasas saturadas, combinada con la práctica regular de actividad física, juega un papel crucial en la prevención de los ictus. Además, mantener la presión arterial y los niveles de glucosa bajo control, así como evitar hábitos perjudiciales como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, son medidas efectivas para reducir significativamente el riesgo de sufrir un ictus.

La educación y concientización sobre estos factores de riesgo son fundamentales para empoderar a las personas y motivarlas a realizar cambios positivos en su estilo de vida. Adoptar hábitos saludables no solo contribuye a la prevención del ictus, sino que también promueve el bienestar general y la salud a largo plazo.

¿Qué hacer ante un posible ictus?

¿Y qué pasa si he sufrido un ictus? Pues es vital ir al hospital y hacerlo lo antes posible. Cada hora que pasas sin atención médica, aumenta exponencialmente no solo la posibilidad de que te queden secuelas físicas y cognitivas, si no la gravedad de las mismas. Por eso, ante la aparición de cualquier síntoma o sospecha de estar sufriendo un ictus, no dudes en llamar al 112 o acudir al servicio de urgencias más cercano. 

Al llegar al hospital, se realizará una evaluación inmediata para determinar la gravedad de la situación. Se llevarán a cabo pruebas necesarias, como una resonancia magnética o tomografía computerizada, para confirmar el diagnóstico del ictus y poder iniciar el tratamiento lo antes posible. Estos primeros momentos son críticos, ya que el ictus se encuentra en su fase aguda y es aquí donde los tratamientos tienen mayor eficacia y salvan vidas. Una vez que el paciente está estabilizado, es crucial iniciar la rehabilitación de posibles secuelas

Tratamientos Específicos

Cuando nos referimos a un ictus isquémico, es posible aplicar tratamientos como la trombólisis o la trombectomía mecánica con el objetivo de disolver o eliminar el coágulo y restablecer el flujo sanguíneo. Estas intervenciones tienden a ser más efectivas cuando se administran dentro de un periodo de tiempo específico, resaltando así la importancia de la prontitud en la atención.

En el caso de un ictus hemorrágico, el tratamiento puede implicar procedimientos quirúrgicos destinados a aliviar la presión en el cerebro, reparar vasos sanguíneos dañados o eliminar la causa subyacente de la hemorragia.

Posibles Secuelas y Rehabilitación Después de un Ictus

Independientemente de la causa y una vez que el paciente ha sido estabilizado, es crucial proceder con la evaluación de posibles secuelas y determinar si se ha producido daño cerebral adquirido, término utilizado en neurorrehabilitación. Esto implica analizar si la lesión en la región del cerebro afectada por el ictus ha generado secuelas físicas, cognitivas, conductuales y/o emocionales. Estas secuelas pueden tener un impacto significativo en la independencia y en las actividades de la vida diaria de la persona. La evaluación también debe abordar la necesidad de iniciar un programa de rehabilitación de las secuelas producidas después de un  ictus. 
Si un ictus  se ha cruzado en tu camino, es probable que estés familiarizado con los síntomas y el tratamiento, así como con las distintas variedades de ictus existentes. Ahora, nos adentraremos en las posibles secuelas que podrían manifestarse y, más crucial aún, explicaremos cómo debería ser un programa de rehabilitación adecuado para garantizar una recuperación efectiva de estas secuelas.

Tipos de Secuelas

Independientemente del tipo de ictus, las secuelas que pueden surgir  deben abordarse de inmediato y con la máxima intensidad que la persona tolere. A continuación, presentamos las secuelas más comunes:

  • Parálisis o debilidad muscular: Un ictus puede provocar parálisis o debilidad muscular en un lado del cuerpo (hemiparesia o hemiplejia), afectando la capacidad de controlar los músculos.
  • Problemas del habla o del lenguaje: Si las áreas del cerebro relacionadas con el habla y el lenguaje se ven afectadas, pueden surgir dificultades en la expresión verbal, la comprensión del lenguaje o problemas para encontrar las palabras adecuadas (afasia).
  • Problemas de coordinación y equilibrio:  Las áreas cerebrales responsables de la coordinación y el equilibrio pueden resultar afectadas, lo que se traduce en problemas para caminar y realizar actividades diarias.
  • Problemas sensoriales: Alteraciones en las sensaciones, como la pérdida de sensibilidad o sensaciones anormales en partes del cuerpo, son posibles consecuencias del ictus.
  • Dificultades cognitivas: Las funciones cognitivas, como la memoria, la atención, el razonamiento y la resolución de problemas, pueden verse alteradas.
  • Cambios emocionales y psicológicos: Quienes han experimentado un ictus pueden enfrentar cambios emocionales como depresión, ansiedad, irritabilidad o modificaciones en la personalidad.
  • Problemas de deglución: La capacidad de tragar puede resultar afectada, llevando a problemas de alimentación o riesgo de aspiración.
  • Fatiga: La fatiga es común después de un ictus y puede afectar la energía y la resistencia para realizar actividades cotidianas.

Es esencial abordar estas secuelas de manera integral y adaptar los programas de rehabilitación para cada persona, considerando la diversidad de impactos que el ictus puede tener en la vida diaria.

Trabajando con una paciente que presenta disfagia utilizando Vitalstim.

Neurorrehabilitación: Clave para la Recuperación

La neurorrehabilitación o rehabilitación neurológica es la disciplina a través de la cual se trabajan todas estas secuelas, con el objetivo de reducirlas al máximo o, en el mejor de los casos, lograr que remitan completamente. Este enfoque basado en evidencia científica es llevado a cabo por diversos profesionales de la salud, como fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, neuropsicólogos, neurólogos, entre otros.

Premisas Claves en la Recuperación

Existen dos premisas fundamentales al iniciar un proceso de recuperación de las secuelas de un ictus: que sea precoz y que sea intensivo. El tiempo desempeña un papel crucial en la recuperación, siendo las fases agudas y subagudas del ictus en las que el trabajo tiene un mayor impacto en la mejora de las personas. Además, la rehabilitación debe ser lo más intensiva posible, independientemente del número de horas diarias, y esta intensidad debe estar monitorizada.

Dosis Mínima y Tecnología en Neurorrehabilitación

Así como en los medicamentos, en la neurorrehabilitación se habla de dosis mínimas para lograr el efecto esperado y que los pacientes alcancen sus objetivos. En la actualidad, la tecnología juega un papel crucial en este aspecto. Gracias al avance de la robótica, los sensores y la realidad virtual, se puede aplicar una dosis mayor de tratamiento en comparación con hace unos años, lo que repercute directamente en la calidad y cantidad de la rehabilitación de las secuelas de un ictus. Actualmente, concebir una rehabilitación neurológica sin tecnología equivale a imaginar una empresa sin ordenadores o teléfonos móviles.

Avances en Neurorrehabilitación

En los últimos años, la neurorrehabilitación ha experimentado grandes avances, impulsados por la investigación médica y la tecnología. Cada vez más personas necesitan someterse a procesos de este tipo. Estos avances han transformado los centros de neurorrehabilitación, pasando de instalaciones poco especializadas con camillas y barras paralelas a centros de alto rendimiento. Estos nuevos centros se destacan por integrar evidencia científica, tecnología, telemetría del paciente, tratamientos intensivos y un enfoque humanista, ofreciendo así más posibilidades a los pacientes que han sufrido un ictus.

Aunque estas iniciativas se centran principalmente en el ámbito privado, se hace evidente la necesidad de un cambio radical en el abordaje del daño cerebral en el sistema público de salud español. A pesar de que no todos tienen acceso a estas nuevas propuestas, se considera que son el inicio de un cambio irreparable, llevando al paradigma de la neurorrehabilitación a transformaciones sin precedentes.

La Propuesta Innovadora de Neural Intensive: Recuperación en 9 Meses

En Neural, presentamos una propuesta de rehabilitación pionera en España para aquellos que han experimentado un ictus. Estamos firmemente convencidos de que nuestra oferta es innovadora, humanitaria, respaldada por la ciencia y alineada con las directrices de las guías de práctica clínica. Contamos con un centro de alto rendimiento en Madrid dedicado a la recuperación de las secuelas del ictus, donde la evidencia científica, la tecnología de vanguardia y la recopilación de datos desempeñan un papel fundamental en nuestra labor.

En nuestra propuesta, reunimos todos los elementos necesarios para cumplir con los diez principios de la neuroplasticidad. Trabajamos incansablemente para garantizar que cada persona reciba la dosis mínima requerida para obtener resultados efectivos, evitando así dilemas éticos asociados con tratamientos innecesarios.

Nuestro objetivo es que la estancia en nuestras instalaciones sea temporal, con un límite máximo de 9 meses. Buscamos que las personas salgan preparadas y con los hábitos necesarios para retomar sus vidas, ya sea en una adaptación total o parcial, sin depender permanentemente de un centro de rehabilitación neurológica.

Cuando un ictus atraviesa tu camino, responder de manera rápida a las necesidades de tratamiento y rehabilitación es crucial. Queremos destacar que, con un enfoque rehabilitador efectivo, muchas de las secuelas pueden reducirse al mínimo e incluso desaparecer. Tu único propósito debe ser trabajar arduamente con profesionales y familiares para recuperar la independencia y volver a vivir de la manera más autónoma posible.

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